En esta actividad, jugando y fomentando un clima de compañerismo y colaboración, nos proponemos como meta inculcar a los niños las actitudes básicas que caracterizan el Aikido: la calma ante los conflictos, el rechazo de la violencia, la cooperación armoniosa y respetar y hacerse respetar sin agresividad. El aikido (y las etapas previas a la práctica marcial propiamente dicha con jóvenes y adultos) es una herramienta de primera magnitud en la construcción del carácter de los niños y adolescentes, y les ayuda a crecer con una mentalidad abierta, sin miedos y con un mirada positivo y realista sobre el mundo, la relación con los demás y consigo mismos.

Características de la práctica

• Se fundamenta en los valores de las artes marciales internas: autoconciencia, respeto, cuidado de uno mismo y de los demás, adaptación, equilibrio y armonía.
• Integra la competitividad y la cooperación. Ambas situaciones se alimentan recíprocamente, son complementarias.
• Es una práctica global que integra aspectos motores, afectivos, intelectuales, sociales y mentales.
• Es variada gracias a la enorme riqueza gestual y situacional del Aikido, por lo que ayuda a responsabilizarse de las elecciones personales.
• Es constructiva. Se basa en la investigación y descubrimiento de soluciones a partir de pautas técnicas, pero dejando mucho margen para la creatividad.
• Es segura, lúdica y bien estructurada.